Cómo afecta la contaminación en la piel
Una piel sana, pese a su estructura porosa, actúa como barrera de protección entre el cuerpo y los agentes ambientales, por lo que mantenerla cuidada, hidratada y fuerte es esencial para evitar alterar su equilibrio natural. Sin embargo, su capacidad defensiva puede verse mermada también por una constante y prolongada exposición frente a factores contaminantes, llegando a provocar alteraciones que se traducen en una mayor deshidratación, menos luminosidad y un envejecimiento prematuro de la piel, evidenciándose en forma de arrugas y líneas de expresión.
En este sentido, el incremento de los niveles de radicales libres en nuestro organismo puede provocar un mal funcionamiento de la barrera de protección de la piel, dañando las células responsables de la producción de colágeno y elastina y, por tanto, disminuyendo la elasticidad y firmeza del rostro. Por si todo esto no fuera suficiente, como consecuencia de la polución, la piel también muestra una mayor predisposición a sufrir hiperpigmentaciones, desencadenando la aparición de manchas oscuras y pecas. Además, la obstrucción de los poros por parte de estas partículas inapreciables ocasiona también la aparición de más granitos y acné, al dificultar con ello la capacidad de oxigenación de la piel. Demasiados deterioros, ¿no te parece?
Beneficios de la cosmética antipolución
Lo que ha quedado claro es que la contaminación afecta directamente a nuestra salud y a nuestra imagen, al influir en la debilitación y sensibilización de la estructura de la piel y del cabello, que se muestran más apagados y sin vida. Protegernos de sus efectos negativos y de la presencia de patógenos que puedan causar inflamación o infección debe convertirse en una prioridad. ¿Cómo puedo hacerlo? Para preservar la salud y el cuidado de tu piel, la cosmética antipolución va a convertirse en tu gran aliada para tus rutinas diarias. ¿Te suena este concepto? Este tipo de cosmética está enfocada en la protección del rostro frente a los daños causados por la contaminación del aire y otros factores ambientales, utilizando para ello productos con ingredientes ricos en antioxidantes, lo que nos ayudará a neutralizar los radicales libres y a mantener la piel más joven y sana.
Y es que, prevenir y combatir los efectos negativos de la contaminación, poniendo el foco especialmente en las personas que habitan en grandes ciudades, es uno de los objetivos de los cosméticos antipolución. Por un lado, los activos con los que se elaboran estos productos se encargan de proteger la piel, restaurando y fortaleciendo la barrera cutánea. Por otro, con una rutina efectiva vas a poder purificar las zonas más afectadas para evitar que las partículas contaminantes puedan acumularse, obstruir poros y provocar daños mayores.
Finalmente, entre las propiedades de la cosmética antipolución, también podemos destacar su capacidad para reparar la piel frente a los deterioros ocasionados por los agentes dañinos, mejorando el tono, reforzando la barrera protectora y recuperando la luminosidad del rostro.
Cómo proteger la piel de la contaminación y la polución
Nos ha costado un poco, pero, por suerte, ya hemos interiorizado la importancia de protegernos a diario de las radiaciones solares utilizando una buena crema solar, sin importar si el día está nublado o no. Sin embargo, puede que todavía tengamos que insistir un poco más en lo fundamental que resulta proteger y cuidar el rostro de los factores ambientales contaminantes, a fin de evitar que estas partículas puedan afectar a la capacidad de regeneración de la piel.
Ingredientes como la niacinamida, además de destacar por su capacidad de unificar el tono de la piel, de regular la producción de sebo o por su efecto antienvejecimiento en la piel, al estimular la síntesis de colágeno; posee otras propiedades con las que contribuye a hidratar y fortalecer la función protectora de la piel, impulsando la síntesis de filagrina, ceramidas e involucrina; y aportando eficacia antipolución frente a las partículas de polvo y contaminantes ambientales; así como de protección frente al daño fotoinducido.